Un negro y una mujer. No han llegado donde están por serlo.
Confieso que alucinaba. Meses y meses de campaña por unas primarias. Alucino mucho con ese país, para bien y para mal. Pero a veces llegan buenas noticias del otro lado del Atlántico.
Suerte para los dos. No cambiará el mundo pero por lo menos, deja de ir ofendiendo encima con la pinta.
Hillary Clinton: "Me alzo con el senador Obama para decir ¡sí, podemos!"
La histórica batalla de Hillary Clinton para llegar a la Casa Blanca ha terminado, pero no lo ha hecho su lucha por conseguir que un demócrata vuelva a la presidencia de EEUU. En un enérgico discurso en Washington, Clinton suspendió ayer, como se esperaba, su campaña para la nominación del Partido Demócrata y, con una contundencia mucho más difícil de predecir, dio su apoyo "total" para que Barack Obama sea el próximo presidente. "Me alzo con el senador para decir ¡sí, podemos!", dijo Clinton, sumándose al eslogan popularizado por su hasta ahora rival.
La importancia de ese mensaje va mucho más allá del simbolismo de sellar la paz entre los dos candidatos que han librado 16 meses de dura y agresiva competencia. Porque Clinton ayer puso en su discurso de 30 minutos toda la fuerza de su oratoria --y su potente maquinaria política-- a disposición de Obama. Reclamó la unidad de su partido. Pero, lo que es más importante, urgió a los 18 millones de personas que la han votado en el proceso de primarias a trabajar para Obama "tan duro" como han trabajado para ella.
EL PRINCIPAL RETO
Ese es el principal reto por dos motivos. Uno: porque Clinton ha logrado movilizar, revitalizar y ampliar un nuevo movimiento político entre las mujeres, una movilización que difícilmente puede sustentar la campaña de Obama (que tampoco cuenta con la fortaleza de apoyo de los latinos de que disfrutaba Clinton).
El otro: porque otros muchos votantes de la exprimera dama han mostrado de antemano su rechazo a apoyar al candidato negro. Y esos votantes, en muchos casos, le han dado a ella victorias en primarias como las de Kentucky y Virginia Occidental, alimentando el argumento de que la senadora era más capaz que Obama de ganar en noviembre a John McCain en estados tradicionalmente republicanos.
Tanto Clinton como Obama y el Partido Demócrata son conscientes de ese escollo y, por eso, ayer la exprimera dama fue contundente. "La forma de continuar ahora nuestra lucha por los objetivos que defendemos es coger nuestra energía, nuestra pasión, nuestra fuerza y hacer todo lo que podamos para ayudar a que Barack Obama sea elegido el próximo presidente de Estados Unidos", dijo en una de las cerca de 10 ocasiones en las que lanzó el mensaje. "Tenemos que trabajar juntos. Yo voy a dejarme la piel para asegurarme de que el senador Obama es nuestro próximo presidente, y espero y rezaré por que todos vosotros os unáis a mí en ese esfuerzo".
Cántala otra vez, Obama
• El impacto político del vídeo de la canción 'Yes, we can!'
"Algún día la política será una canción", decía el poeta León Felipe. No sé si ya ha llegado ese día, pero el impacto político de Yes, we can será determinante electoralmente. Hoy, la relación entre la música y la política es muy intensa: los himnos, las sintonías electorales, la canción protesta o de denuncia, los intérpretes comprometidos... Pero después de este vídeo, esta relación se ha convertido en integración política.
El producto es extraordinario: una canción, Yes, we can (Sí, podemos), compuesta por el rapero Will.i.am, líder de los Black Eyed Peas; un vídeo, dirigido por Jesse Dylan (hijo de Bob Dylan); una coreografía de celebridades del star system norteamericano, y una cuidada selección de palabras de Barack Obama, de su brillante y vibrante discurso de después de las primarias de Nuevo Hampshire, configura un conjunto absolutamente fascinante. Una propuesta única en plasticidad, emoción y eficacia.
(...)LA PALABRA. Aunque las letras de la canción son por completo citas de Obama, su equipo de campaña no ha participado en la producción. La mayoría de ellas están pronunciadas en inglés, pero escuchamos también hebreo y español, y vemos utilizar el lenguaje de signos en un nuevo gesto integrador.
Yes, we can te transporta emocionalmente al histórico "I have a dream" (Tengo un sueño) de Martin Luther King. Un sueño (una esperanza) que ahora "sí podemos" hacer realidad con el "cambio" que propone Obama. La campaña tiene su centro neurálgico en las palabras. Su libro La audacia de la esperanza. Cómo restaurar el sueño americano ya es una declaración literaria de intenciones políticas. Convencido y seducido por la fuerza transformadora de las palabras, ha sabido utilizarlas mejor que Hillary Clinton. Change (cambio) y hope (esperanza) han dominado sus mítines y sus vídeos. La presencia gráfica de estos lemas en los escenarios ha sido mejor diseñada que la de su oponente, de la que solo recordamos el nombre: Hillary.
Obama ha cerrado el círculo. Una O, la primera letra de su apellido, diseñada en azul, blanco y rojo (los colores de la bandera norteamericana) es su símbolo político. La misma O que forma parte de la palabra hope. La misma O que se mantiene en la metamorfosis conceptual y gráfica que se ve en el vídeo, cuando la palabra hope se transforma en vote, manteniendo la O cohesionadora, raíz común de una sólida arquitectura conceptual: O, hope, vote, Obama.(...)
Cuatro minutos y 30 segundos que pueden cambiar la política. No exagero. Ya me dirán.
Antoni Gutiérrez-Rubi.
Asesor de comunicación.
http://www.elperiodico.com/
Salut!
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