Cuida tus pensamientos porque se volverán palabras, cuida tus palabras porque se transformarán en actos. Cuida tus actos porque se convertirán en costumbres. Cuida tus costumbres porque forjarán tu carácter. Cuida tu carácter porque creará tu destino. Y...tu destino será tu vida. Ghandi.

28 agosto 2008

BARCELONA (Giulia & los Tellarini) Vicky Cristina Barcelona

La banda sonora de Vicky Cristina Barcelona es catalana.

Made in Barcelona. Esto es lo que se podría afirmar de la nueva película del genial director Woody Allen: Vicky Cristina Barcelona.

Y es que, no sólo lleva el nombre de la ciudad condal en su título, sino que la banda sonora del film la ha puesto un grupo barcelonés, además, claro está, de que buena parte de la cinta haya sido rodada junto a las Ramblas y la Sagrada Familia.

Los elegidos son la banda Giulia y Los Tellarini.



Pero la historia del encuentro entre los músicos y Woody Allen no deja de ser cusiosa. Al parecer el grupo dejó un CD con las canciones de su primer disco en la recepción del Hotel Arts, donde se alojaba el director

Los integrantes de Giulia y Los Tellarini son Giulia Tellarini, Alejandro Mazzoni, Jens Neumaier (12Twelve, Coconot), Maik Alemany, Pablo Díaz-Reixa (El Guincho, Coconot, Albaialeix), Xavier Tort, Jordi Llobet y Olga Abalos


rebundo con la música, pero después de haber visto la peli, me quedo con ésta, mi Barcelona...

22 agosto 2008

En el lago. Triana



Que importa si es largo el camino
del crepúsculo lento, nacerá el rocío
segando el abrojo y el cardo
mañana compañero, florecerá el trigo...




http://elbarcoceltibero.mundoforo.com/triana

20 agosto 2008

El alba de Barcelona

TEXTO: I. DE LA TORRE / C. GAYÀ
FOTOS: MARTÍ FRADERA
http://www.elperiodico.com/

Son solo tres horas, de las 6.30 a las 9.30, cuando Barcelona se puede ver sin que la oculte el decorado turístico por el que queda engullida el resto del día y de la noche. Solo si se madruga --y se vale la pena hacerlo-- se saborea la ciudad con todos sus matices; sus defectos y sus genialidades. En esos 180 minutos, el caminante vuelve a sentir que puede caminar por una ciudad que huele a mar; que tiene nubes y vecinos; que rezuma a historia, y que es una amalgama de piedra, asfalto, ángeles, gárgolas.
Claro que, pese al sueño, el observador es consciente de que el silencio espeso que reina a esa hora acabará en breve y empezará la guerra del codazo. A las 9.30 horas, máximo a las 10.00, la ciudad quedará desdibujada por el efecto de la masa turística. Rostros sin caras, chicles pegados a la chancla, pisadas sin pies, olor a sudor y a crema solar. Ese pensamiento demoledor hace apurar el paso: hay que ver el centro, saborearlo, contemplarlo antes de que los ejércitos de turistas desplacen al caminante. Es solo un momento de apuro. La brisa marina de esa hora adelantada recuerda al madrugador que no son horas para el estrés ciudadano.

INVISIBLES
Las 6.30 de la mañana y el centro de Barcelona lleva, por fin, 40 minutos callado. Los últimos turistas se están despidiendo de la Rambla y las pocas fuerzas que les quedan les impiden hacer más ruido. A su lado, casi invisibles, pasan algunos trabajadores que desfilan --ellos sí, en silencio monacal-- hacia el metro, hacia los autobuses.
El silencio es tal que por las calles que desembocan a la Rambla se escuchan los despertadores que claman a levantarse para ir a la mezquita, al horno, a las cocinas, al mercado de la Boqueria a preparar los puestos. La noche ha sido ruidosa y la alarmas suenan hasta 15, 16 veces. Luego, también callan.
El viento provoca un escalofrío de placer. Y, de nuevo, un pensamiento sombrío. En solo tres horas, el Raval, la Rambla, la plaza de Catalunya --el centro de la ciudad-- volverá a ser un horno humano; un lugar imposible para caminar; un selva de codazos.
A las 6.30, 7.00, 8.00 horas, por la Rambla, se puede ir a piñón fijo; sin esquivar más que a algunas prostitutas que apuran el turno y a algún borracho que ya ni siquiera molesta. La Rambla es quizá el único rincón del centro con vida. A unas calles, en la plaza de la Catedral, no se ve ni un alma. Por no haber, ni siquiera las palomas son el peligro que serán en unas horas. Clarea y el observador se percata de que la escalinata de la catedral existe --en unas horas los estadounidenses la harán desaparecer como por arte de magia-- y de que los adoquines de la calle del Bisbe siguen donde han estado desde hace siglos. A las 11.00, estarán ocultos por los cuerpos de los nórdicos y las sombrillas de los japoneses.
A las 7.10 horas, en plaza de Catalunya, se pueden ver desde las nubes rojizas del primer sol hasta la baldosas rojizas del suelo. En poco tiempo, miles de turistas sudorosos borrarán cualquier escala de colores. Siempre el mal augurio; la certeza de que esas tres horas nada tienen que ver con las 21 horas del resto del día. Frente al Triangle, un señor batalla con una escoba con las colillas. Barre con calma. Tiene tiempo y, sobre todo, espacio para un ritual que ya no se ve durante el resto del día.
Quizá es la calle de Montcada el enclave que más impresiona cuando está desierto. Acostumbrados a no verla, ahora vuelve a ser esa calle medieval en la que convivieron condesas y vampiros. A las 9.37, empezará la cola frente al Museo Picasso. Ocupará toda la calle; ocultará las ventanas; tapará los palacios. Aún falta una hora para que eso pase. Alivio y suspiros. A las 8.30 horas, el eco de los pasos propios es lo único que se oye. A las 9.15, se anuncia el zumbido de la marabunta turística. Desde el puerto, salen los buses hacia Montjuïc. Hay que ganarles la contra reloj. A las 10.00 horas, un tupido y espeso velo de turistas ocultará la ciudad y Barcelona ya no se podrá ver, saborear, caminar.



9.30 h.


11.45 h. MÁS DE 535.000 PERSONAS SE PASARON POR ESTE PARQUE EN EL 2007


7.30 h. PLAZA DE CATALUNYA.


12.00 h.

MÁS INFORMACIÓN
Madrugar para disfrutar BCN (II)
Madrugar para disfrutar BCN (III)
Madrugar para disfrutar BCN (IV)

18 agosto 2008

Ramón Chao y los catalanes

Navegando plácidamente por la red, a veces te encuentras con cosas muy agradables de leer, aunque sean ya algo antiguas, pero algunas siguen de rabiosa actualidad...o lo percibes así.

Me he alegrado de leerlo y por ello, lo quiero guardar aquí.

Gracias a, Eva, una amiga, recibo este texto que parece procede de un artículo de opinión publicado por Ramón Chao, escritor y periodista, Caballero de las Artes y las Letras del Estado Francés, y padre del cantante Manu (Chao), en el diario "la Voz de Galicia" de hará un par de años...



"Me gustan los catalanes porque a lo largo de su historia acogieron e integraron a íberos, fenicios, cartagineses, griegos, romanos, judíos, árabes y toda clase de charnegos y sudacas, sin conocer los problemas que afectan ahora a Francia; es un ejemplo. Me gustan los catalanes porque ya el 7 de abril de 1249 (uno va hacia Matusalén) el rey Jaime I nombró a cuatro prohombres de Barcelona (los paers) para dirimir los conflictos de la ciudad sin violencias ni reyertas. Esos hombres sabios, que pasaron a cien en 1265, (el Consell de Cent), iniciaron el sistema del gobierno municipal de Barcelona. Gracias a ellos reinó allí la concordia, y antes de empuñar las armas prefirieron siempre emplear la razón.

Me gustan los catalanes porque en toda su historia no han ganado ni una sola guerra, y encima les da por conmemorar como fiesta nacional una de las batallas que perdieron en 1714 a manos de las tropas de Felipe V de Borbón. Cataluña había dejado de ser una nación soberana. Desde entonces, cada 11 de septiembre muchos catalanes y catalanas, como hay que decir ahora, se manifiestan para reclamar sus libertades.

Me gustan las catalanas porque una de ellas, joven y bien plantada por cierto, no vaciló en pegarse a mi espalda durante cuatro días en el asiento trasero de una Vespa cuando recorrí la península en pos de Prisciliano. Me gustan los catalanes porque tienen de emblema un burro tenaz, trabajador y reflexivo, muy alejado del toro ibérico cuyas bravas y ciegas embestidas lo abocan a la muerte. Estos animales son de una raza registrada, protegida, y prolíferos sementales. Al igual que el cava, se exportan a numerosos países para mejorar la especie autóctona, como a Estados Unidos, donde crearon el Kentucky-catalan donkey. Y allí no piensan, ni mucho menos, en boicotearlos. Cierto es que en el carácter catalán confluyen las virtudes del asno. Pero los rasgos diferenciales no se limitan a los de este cuadrúpedo. La población catalana se define por una doble característica : el seny y la rauxa. El seny implica sabiduría, juicio mesurado y sentido común. Tenía seny aquel catalán que iba en un compartimiento de un tren al lado de la ventanilla. Tiritaban de frío y los otros pasajeros le pidieron que la subiera: 'Es igual', contestó a varias solicitudes, hasta que un mesetero se levantó furioso y alzó la ventanilla... ¡cuyo cristal estaba roto! 'Es igual', volvió a repetir el buen hombre con toda su santa cachaza. Al seny le responde la rauxa, asimilable a la ocurrencia caprichosa, la boutade (frase ingeniosa y absurda). Cuando de joven y surrealista Dalí iba en el metro y veía a un cura con sotana, le decía: 'Siéntese, señora'. La alianza de estas dos facetas en un solo individuo forma el carácter catalán, que se comunica, se comparte y se aprecia. El otro día al regresar a París en avión desde Barcelona quise ayudarle a un pasajero, dada la exigüidad del espacio, a ponerse el abrigo: 'No, por favor, no se moleste, que bastante trabajo me cuesta a mí sólo'. Pero lo más refinado lo percibí en el taller del ceramista Artigas. Él y Joan Miró estaban trabajando en el mural del aeropuerto de Barcelona. Le pedí a Miró que le dedicara una lito a mis hijos. Puso: 'Para Manu y Antoine afectuosament'. Cuando la vio Artigas hizo este parco comentario: 'Te lo escribió en catalán para ahorrarse una letra'. Me gusta Cataluña porque allí, según Arcadi Espada, don Quijote recobró la razón, sin duda contagiado por el seny.

Me hubiera dado mucha pena que el Ingenioso caballero muriera loco. Me gusta Cataluña en fin y sobre todo porque uno de mis hijos eligió su capital para vivir en ella por ser una ciudad abierta, tolerante y discreta."

14 agosto 2008

La Barcelona encendida





Los tripulantes tienen su base en una ciudad de mar.

De allí parten para realizar sus misiones y allí vuelven para resarcirse de las heridas sufridas, templar sus ilusiones y tejer maniobras futuras. Una ciudad de acogida les recibe. Una ciudad que en su día alentó las revueltas anarquistas contra la opresión del capital, despidió con honores a los brigadistas internacionales en 1938, acogió al último gobierno de la Segunda República española en el 39 y sufrió los bombardeos y el saqueo del dogmatismo fascista.

A pesar de pasados y brumas, la ciudad posee una llama encendida dispuesta a revelar su posición a todo aquel que necesite hacer noche al abrigo del fuego. Es la Barcelona encendida, que a pesar de no ser el lugar de nacimiento de muchos de los tripulantes, cuando la nave la encara desde el mar y se dispone a aterrizar, nadie puede evitar sentir el placer de llegar a una ciudad que acoge sin preguntar. Muchos son los que se preguntan que tendrá esa ciudad de mar que cuando se vive se sufre y si se deja se añora.

Una de las muchas razones que se dan para explicar el encanto de la Barcelona encendida, es que el trazado de sus calles y su rica arquitectura hacen disfrutar a los lugareños de una pequeña muestra de ciudades y países del mundo, y a los forasteros, de pedacitos que les recuerdan donde están sus orígenes. Para muestras botones...


(...sigue en la Barcelona encendida de Los Tripulantes de la Nave Bruja)

Existen muchos más lugares, pero sirvan estos para abotonar el traje de la diversidad.

Un último detalle. Sólo un lugar no tiene parangón, la Rambla de las Flores, donde rameros, prostitutas, políglotas y desahuciados comparten su pan.


LA BARCELONA MESTIZA.

La Barcelona Olímpica del diseño, conocida y admirada por muchos. Esa Barcelona que se pasea por las revistas internacionales como una vedette es también la Barcelona donde la policía (des)okupa con violencia. Donde los jonkis caminan por las Rondas como sombras inertes. Donde las personas son más valoradas por los papeles que tienen que por las virtudes que poseen. Donde se alzan grandes zonas de ocio y se generan bastos eventos pseudoculturales, con todo tipo de lujos, mientras sus ciudadanos tienen que medir con rigor sus ingresos para cubrir sus apretadas hipotecas. Ese revoltijo de contradicciones ha provocado que en su centro la ciudad estalle en colores. Muchos grupos, producción cultural alternativa, para algunos cuna de la música mestiza. Los tripulantes, sin ser ajenos a este movimiento, tampoco quieren abanderar ningún sistema cultural. Nuestros tripulantes son afines a la espontaneidad y no a los sistemas cerrados, y sobre todo no soportan las fronteras, ningún tipo de fronteras, ni físicas ni metafísicas.

LOS TRIPULANTES DE LA NAVE BRUJA
Cronopios y leyendas de los Ojos de Brujo
Sergio Ramos Cebrián




Manu Chao. Rumba de Barcelona
(Algún día conseguiré este video con mejor calidad )



(Elefantes. Que yo no lo sabía. Rodat en la Barceloneta i voltants)