Cuida tus pensamientos porque se volverán palabras, cuida tus palabras porque se transformarán en actos. Cuida tus actos porque se convertirán en costumbres. Cuida tus costumbres porque forjarán tu carácter. Cuida tu carácter porque creará tu destino. Y...tu destino será tu vida. Ghandi.

02 octubre 2007

que pesaos son...

...más que un collar de melones!




1/10/2007 LA RUEDA // PILAR RAHOLA

El búlgaro que temía a Catalunya


La escena es anodina. Chófer hotel recoge huésped para llevar aeropuerto Madrid. Huésped pregunta por tiempo. Chófer pregunta procedencia. Y, conocidos los orígenes, él, búlgaro, yo, catalana, el diálogo se convierte en un tremendo huracán que descarga miedos y prejuicios sobre mi santo país, mi santa lengua y mi menos santa paciencia. Barcelona es bonita, pero los nacionalismos son malos. Quieren imponer el catalán. España se rompe por nuestra culpa. En el chaparrón, consigo abrir el paraguas y balbuceo algunas defensas, pero mi estimado búlgaro es un guerrero forjado en las mejores mañanas de la COPE, y está blindado ante la capacidad seductora del enemigo. No hay discusión: los catalanes son intolerantes, peligrosos secesionistas y fanáticos lingüistas, y lo único bueno es que Barcelona es bonita. Él vendría a trabajar, pero en Barcelona hay catalanes. Así que le aconsejo vivamente que se quede en Madrid, que en Catalunya todos somos polacos y no búlgaros, y eso se paga. Remata: los nacionalismos son una lacra para España. Cuando le digo que fueron nacionalistas catalanes y vascos los que se pusieron a la cabecera de la lucha por la democracia, me lanza una mirada retadora, por el retrovisor: además de catalana, mentirosa. Por supuesto, sus conocimientos de nuestra historia superan a los míos. La educación nos brinda, finalmente, un desolado saludo cuando llegamos al aeropuerto. Los dos estamos deprimidos y cabreados.
En el avión leo la entrevista con el president Montilla: "Catalunya no está ni deprimida, ni cabreada". Como yo, pero al revés. Será que no conocen a mi búlgaro. Sin embargo, el presidente tiene razón. Catalunya continúa a sus cosas, bastante ajena a la diana que le ha puesto la España negra, la misma que siempre la despreció, la misma que siempre la usó para atizar el miedo y azuzar el estómago. Pero la diana existe y está llegando al delirio. Piensen en mi estimado chófer. Nació en Bulgaria y no lleva mucho en España. Pero ya ha aprendido lo sustancial: que los catalanes tienen cuernos. Sin duda, la Brunete mediática es una gran escuela de integración.

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