Cuida tus pensamientos porque se volverán palabras, cuida tus palabras porque se transformarán en actos. Cuida tus actos porque se convertirán en costumbres. Cuida tus costumbres porque forjarán tu carácter. Cuida tu carácter porque creará tu destino. Y...tu destino será tu vida. Ghandi.

21 marzo 2011

Una locomotora llamada Alemania

Extracto del artículo de Vicens Navarro publicado en ATTAC.

Lo que no se dice sobre el supuesto “milagro alemán”

Estas exportaciones en la manufactura no han significado una exportación de puestos de trabajo y ello como consecuencia de dos factores nunca citados en los medios neoliberales. Uno de ellos es que las empresas exportadoras tienen un compromiso con los sindicatos de que la exportación en la producción no supondrá la destrucción de los puestos de trabajo en casa. Así, Siemens, que es equivalente a General Electric en EE.UU., tiene un acuerdo con el sindicato metalúrgico (IG Metall) de que no se eliminarán puestos de trabajo entre sus 128.000 empleados y trabajadores. Lo mismo han hecho BMW, Daimler y ThyssenKrupp. Todas estas compañías tienen algo en común: los sindicatos se sientan en el consejo de dirección de tales empresas (conforme a la ley de cogestión que exige en las grandes empresas que los sindicatos tengan el mismo número de asientos en los Consejos de Dirección que el equipo de gestión de la empresa). Y en muchas decisiones, los sindicatos tienen el poder de veto. La colaboración del tandem equipo de gestión-sindicatos es muy acentuada siendo los sindicatos de metal (IG Metall) los que han estado trabajando en el reciclaje y formación de trabajadores en la producción de coches eléctricos (ver los trabajos de Steven Hill sobre co-gestión en Alemania).
La cogestión contribuye al bajo desempleo
Esta participación de los trabajadores en la gestión de las empresas (conocido como co-gestión) tiene lugar en la gran mayoría de empresas alemanas, incluyendo las empresas de tamaño medio y pequeño (de menos de 500 trabajadores) que emplean dos tercios de los trabajadores alemanes. Un tercio de estas empresas trabajan en la manufactura, siendo muy innovadoras por su gran inversión en mejoramiento de la calidad de los productos, la mayoría de los cuales son productos intermedios. Alemania se gasta el 2.6% del PIB en investigación y desarrollo, muy superior del promedio de la UE-15, 1.9%. Alemania es el tercer país del mundo en producción de patentes. Gran número de estas patentes surgen de las medianas y pequeñas empresas que representan el 96% de todas las empresas alemanas. Es interesante señalar que esta descentralización de las empresas fue impuesta por los aliados que ocuparon Alemania después de la II Guerra Mundial, al querer romper con la centralización económica que había ocurrido durante la Alemania Nazi, creando un enorme grupo de poder que los aliados querían romper. Una situación semejante, por cierto, ocurrió en Japón, cuando paradójicamente el General MacArthur, jefe de las fuerzas de ocupación estadounidenses, impuso una reforma agraria como medida de romper la oligarquía terrateniente japonesa.
Por otra parte, la Alemania dividida estaba en el centro de la Guerra Fría. Al Este estaban los regímenes comunistas cuyo discurso y narrativa representaba en teoría, el dominio de la clase trabajadora sobre el estado. Y, aunque la realidad era muy distinta, el mundo occidental liderado por EE.UU. se vio forzado a contraponer al modelo comunista, el llamado Modelo de Economía Social, en el que los trabajadores participarían en la co-gestión de las empresas. Éste fue el origen de tal modelo. En las empresas mayores de 2.000 empleados, los trabajadores eligen la mitad del Comité de Dirección de la empresa. Las pequeñas y medianas empresas eligen un tercio de tal comité. Pero además de ello, existen en todos los lugares de trabajo, los Consejos Consultivos de los trabajadores, que deben ser consultados en gran número de decisiones que afectan al futuro de la empresa y a las condiciones de trabajo, teniendo poder de veto en decisiones claves.
Estudios realizados en Suecia y en Alemania muestran que este grado de colaboración empresa-mundo del trabajo es muy beneficioso para la empresa y también para los trabajadores. Naturalmente que este grado de participación requiere una actitud empresarial muy distinta a la española donde el empresario se caracteriza por su dureza como lo muestra, hasta ahora, el énfasis de sus organizaciones en intentar resolver el desempleo a base de despedir más fácilmente a los trabajadores. En Alemania, los empresarios retienen a los trabajadores, en lugar de despedirlos, siendo el seguro de desempleo el que cubre las horas no trabajadas dentro del empleo. Millones de trabajadores están en tiempo de trabajo más reducido del normal, siendo el seguro el que paga la diferencia para que el trabajador continúe sus ingresos, cumpliendo el tiempo reducido. De ahí el bajo desempleo en Alemania.

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Igualicos, ....igualicos!

Salut!

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