Cuida tus pensamientos porque se volverán palabras, cuida tus palabras porque se transformarán en actos. Cuida tus actos porque se convertirán en costumbres. Cuida tus costumbres porque forjarán tu carácter. Cuida tu carácter porque creará tu destino. Y...tu destino será tu vida. Ghandi.

02 diciembre 2010

La Tragedia Cátara. Jordi Savall

LE ROYAUME OUBLIÉ. La Tragedia Cátara. La cruzada contra los albigenses.


Montserrat Figueras, Jordi Savall y sus grupos La Capella Reial de Catalunya, Hespèrion XXI y Le Concert des Nacions, a Mezzo (Canal satélite spécialisé dans la musique).

Concierto en la abadía de Fontfroide (Narbonne) dentro del Festival Músique et Histoire.

¡Completito en el Youtube!:


El catarismo es una de las creencias cristianas más antiguas e importantes; se diferencia de la doctrina de la Iglesia oficial por su certeza en la existencia de dos principios coeternos, el Bien y el Mal. Desde los primeros tiempos del cristianismo, el término herejía (que viene del griego hairesis, «opinión particular») se aplicó a las interpretaciones diferentes de las reconocidas por la Iglesia oficial. Como subraya con claridad Pilar Jiménez Sánchez, en su artículo «Orígenes y expansión de los catarismos», aunque en un principio se pensó que esas creencias disidentes aparecidas ante la proximidad del año mil eran originarias de Oriente (Bulgaria), resulta evidente que se desarrollaron de un modo del todo natural a partir de las numerosas controversias religiosas suscitadas en Occidente a partir del siglo IX. Se instalaron con fuerza en muchos pueblos y ciudades de esa Occitania que tenía una forma de vivir muy personal y que vio su esplendor en el arte de los trovadores. La extraordinaria riqueza musical y poética de esa cultura “trovadoresca” que se difunde durante los siglos XII y XIII representa uno de los momentos históricos y musicales más notables del desarrollo de la civilización occidental. Época rica en intercambios y transformaciones creativas, pero llena también de sacudidas e intolerancia, ha sido objeto de una terrible amnesia histórica debida en parte a unos acontecimientos trágicos vinculados con la cruzada y con la persecución implacable de los cátaros de Occitania. La terrible cruzada contra los albigenses desencadenó, en realidad, una auténtica “tragedia cátara2.




«De todos los acontecimientos, todas las peripecias políticas que tuvieron lugar en nuestro país (entonces, el país de Oc) en el curso de la Edad Media, sólo uno suscita hoy pasiones aún violentas: la cruzada lanzada por el papa Inocencio III en 1208 contra los herejes que prosperaban en el sur del reino (entonces Occitania) y que eran designados con el nombre de albigenses. Si el recuerdo de esa empresa militar sigue tan vivo al cabo de ocho siglos –escribió Georges Duby–, ello se debe a que toca dos cuerdas muy sensibles de nuestro tiempo: el espíritu de tolerancia y el sentimiento nacional». El carácter a la vez religioso y político marcó esa tragedia iniciada por una cruzada pero continuada por una verdadera guerra de conquista que abarcó el actual Languedoc y las regiones vecinas, y provocó una rebelión general. Tras la lucha codo con codo de católicos y herejes, Occitania fue finalmente liberada del invasor, pero quedó exsangüe y cayó como una fruta madura en las manos del rey de Francia. Como observa con acierto Georges Bordonove «se trató de una auténtica guerra de Secesión –la nuestra– salpicada de victorias, derrotas, vuelcos increíbles de la situación, asedios innumerables, matanzas inexcusables, ahorcamientos, hogueras monstruosas y, aquí y allá, gestos demasiado escasos de generosidad. Una resistencia que, semejante al fénix, renació de sus cenizas, hasta la llegada de un largo crepúsculo al término del cual se encendió de pronto el auto de fe de Montségur. Los últimos perfectos (sacerdotes cátaros) vivieron a partir de entonces en la clandestinidad, antes de ser capturados uno tras otro y perecer en las hogueras. Los faidits (señores desposeídos) se adentraron en la nada. Se instauró un nuevo orden, el de los reyes de Francia».
http://alia-vox.com/

3 comentarios:

Henry Stephen dijo...

Tema a estudiar, el de estos cátaros, quienes creo que querían fundar un reino de Dios sin pasar por la taquilla romana. Gran pecado. Y este tío, Jordi Savall, un genio que no me suena que haya recibido la medalla de oro a las bellas artes como Fran RivIera.

núria dijo...

Decía Elias Canetti que la música era la verdadera historia viva de la humanidad. Y Jordi Savall se aplica a ello, es un maestro, un divulgador. Música e historia.

Ni tiene medalla de oro ni necesita que Doña Sinde-Pirate le proteja. ¿Quien, pudiendo, va a renunciar a disfrutar el trabajo de Savall al cien por cien? Calidad de sonido, libros que te ayudan a situar la música en su contexto en la Historia. Cuida muchisimo sus trabajos. En el concierto que he enlazado, aparte de ver tocar instrumentos antiquísimos, han tenido el detalle de poner títulos, alguna referencia y la letra de las canciones que suenan.

En fin, que cuando te encuentras con trabajos curraos y que te interesan...te rascas el bolsillo! Si puedes, claro!

Salut!

ps. de todas formas, la Generalitat y la UE €apoyan€ el trabajo de Savall.

Anónimo dijo...

Si, probablemente lo sea