Cuida tus pensamientos porque se volverán palabras, cuida tus palabras porque se transformarán en actos. Cuida tus actos porque se convertirán en costumbres. Cuida tus costumbres porque forjarán tu carácter. Cuida tu carácter porque creará tu destino. Y...tu destino será tu vida. Ghandi.

26 febrero 2009

Carles Sabater: memòria d'una llum

Ara fa 10 anys, Carles Sabater va cantar per últim cop el seu "Boig per tu", l'himne més popular de Sau i de tota la història del rock català. Va ser al Casal de Vilafranca, tot just acabat el primer concert de la gira "XII", on va morir víctima d'una aturada cardiorespiratòria als 36 anys.

Salut!

En la terra humida escric
nena, estic boig per tu
em passo els dies
esperant la nit

Com et puc estimar
si de mi estàs tan lluny
servil i acabat
boig per tu

Sé molt bé que des d'aquest bar
jo no puc arribar on ets tu
però dins la meva copa veig
reflexada la teva llum
me la beuré
servil i acabat
boig per tu

Quan no hi siguis al matí,
les llàgrimes es perdran
entre la pluja
que caurà avui

Em quedaré atrapat
ebri d'aquesta llum
servil i acabat
boig per tu

16 febrero 2009

Vae Victis!


Ay, de los vencidos!

Y para compensar aquello de que los vencedores escriben la historia, Terry Jones, miembro de los Monty Python, ajusta las cuentas desde el lado "bárbaro" con el Imperio Romano.
Él y Alan Ereira, coautor, parece se han documentado bien. Y es una forma de pegarle un repaso a la Historia de esa época de forma amena. Como en todo, el justo medio es lo prudente.

--Usted argumenta que la mayoría de pueblos llamados bárbaros, tanto en Oriente como en Occidente, alcanzaron niveles culturales más elevados de lo que creemos, pero que la historia falsificó el pasado.
--La historia fue escrita en latín por los romanos o por sus admiradores. En realidad es interesante hasta qué punto los escritores romanos eran críticos con su propia civilización. Pero sus admiradores, en cambio, no tenían este tipo de dudas.

Enlace con la entrevista de El Periódico con Terry Jones, la famosa mamá de Brian!

Una muestra del divertimento del grupo con la Historia:

Los Caballeros de la Mesa Cuadrada - Campesino anarquista

08 febrero 2009

Jacinto Antón



RBA reune en un libro las vibrantes crónicas periodísticas de Jacinto Antón

PILOTOS, CAIMANES Y OTRAS AVENTURAS EXTRAORDINARIAS
de Jacinto Antón
RBA LIBROS

Me confieso seguidora entusiasta de este cronista.

Por eso me alegro y muchísimo que hayan decidido publicar una recopilación de sus crónicas. Me ahorran faena.

No les entusiasma a los directores de diarios que sus articulistas elogien a colegas de la competencia. Se comprende: esto podría incitar a los lectores a comprar otros diarios. Y con los tiempos que corren... Por este motivo no les había hablado hasta hoy de lo que escribe Jacinto Antón en El País.Pero el mes que viene, RBA reunirá una selección de sus textos en el libro Pilotos, caimanes y otras crónicas.De modo que ahora sí que puedo referirme a lo de Jacinto sin temor a ser amonestado. Eso espero, vamos.

Jacinto Antón es un periodista fascinado por la aventura y las gestas heroicas: una rara avis (...)

En lo tocante a lo formal, Antón nos sirve sus historias envueltas en prosa cuidadísima y humor autoparódico.


http://www.lavanguardia.es/cultura/noticias/20090111/53614995958/aventuras.html

Iré dejando aquí los enlaces de los que encuentre en la red:


Historia de un casco
JACINTO ANTÓN 05/12/2003

Adelante, adelante, a todo gas, entre el humo acre, sorteando los carros de combate incendiados... "Pero, hombre de Dios, ¿adónde me va usted con ese casco?". Las palabras del agente de la Guardia Urbana que me había dado el alto disolvieron la ensoñación. Yo ya no galopaba sobre una poderosa moto como el oficial alemán Diestl (Marlon Brando) en la célebre secuencia de El baile de los malditos. Entre las piernas llevaba sólo un triste ciclomotor y el día gris y desabrido en un chaflán de Pau Claris carecía de la grandeza de los horizontes del desierto libio retratados en esa escena de la película. No me parezco mucho a Brando, pero -eso sí- me tocaba con un flamante casco de acero nazi. "Pues qué quiere que le diga, será flamante, pero no cumple las especificaciones", observó desapasionado el agente. Le discutí que para detener la metralla no tenía rival y que, en cambio, el de Apollinaire no protegió al poeta en el 16, cerca de Verdún, pero hube de convenir con el guardia que mi casco era considerablemente pesado y carecía de barbuquejo. Acordamos que él me multaba y yo me llevaba a casa la épica y a Apollinaire.

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Cocina para serpientes
15/11/2008

Todos tenemos un lado oscuro. El mío pasó a ser absolutamente siniestro la otra noche cuando le serví una cena fría a la serpiente.
Fui a comprar un ratón a Mister Guau, consciente de que el reptil de casa llevaba mucho tiempo en ayunas y se le había puesto ya expresión hosca. Tras un rato esperando durante el cual intimé con el desafecto propietario de una pitón que venía a por una rata, me explicaron que estaban desabastecidos de comida animada y me propusieron adquirir roedores congelados. Me enfrasqué con el dependiente en una de esas conversaciones que pueblan nuestros sueños más surrealistas. "Es ideal, los guarda en la nevera y se los sirve cuando quiere". "Sí, pero la serpiente sólo me come presas vivas", aduje preocupado. "Le gustarán, se los descongela y ya está, resulta muy práctico". Acepté a regañadientes. Me parecía una solución tan peregrina como la de Baumann, el herpetólogo alemán que inducía a sus boas a tragarse cualquier cosa -incluso tomates y hasta cigarros- restregando el alimento con secreciones de una piel de rana. Pero no me atrevía a volver a casa con las manos vacías y afrontar la mirada de reproche de la serpiente: ya hay demasiada gente a la que he decepcionado.
El dependiente dejó el mostrador y regresó con dos minúsculos ratoncillos blancos. Parecían dormidos, y algo tiesos. Se puso a hacer el ticket de caja silbando por lo bajo. "Recuerde que no se pueden poner en el microondas: explotan; prepárelos al baño María", apuntó sin levantar la vista. Tragué saliva. Con tono supuestamente mundano, le pregunté si no tendría algún percance por no meterlos directamente en el congelador. Iba al trabajo, añadí, y estaría toda la tarde en el diario, donde ponen la calefacción muy alta. Una vez se me escapó un ratón vivo en la redacción -fue la época en que mi vecina de mesa, Lourdes M., decidió irse a vivir a Australia-. Me sería más difícil explicar por qué llevaba conmigo dos especímenes en vías de descomponerse. "Nada, nada, aguantan un buen rato". Los colocó como si fueran golosinas en una cajita transparente. A la salida, una señora exclamó: "¡Qué bonitos!". Pero luego observó que había algo raro en las criaturitas y puso cara de haber visto al bebé de Rosemary (y a su padre).

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Guau, guau, ¡vaya guerra!
17/12/2006

Delfines detectores de bombas, perros espías y rescatadores, palomas paracaidistas… tuvieron una intervención decisiva en las guerras mundiales. Una exposición en el Imperial War Museum de Londres recuerda el papel que desempeñaron los animales en los conflictos bélicos

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06 febrero 2009

El resurgimiento de la izquierda...

...esperemos que no solo francesa.



Yo, con mi seguimiento de este tipo: Olivier Besancenot. Es que me lo tropiezo, oigan!

Olivier Besancenot lidera la Liga Comunista Revolucionaria y está ganando una fama inesperada con una estrategia “moderna” que incluye hasta ir a los programas de moda. El raro caso de un izquierdista “duro” y muy mediático.

Por Eduardo Febbro

El anticapitalismo está de moda. Aunque la palabra “capitalismo” haya perdido su vigencia y sea su equivalente, el liberalismo, quien ocupe hoy la mejor escala de la terminología, la popularidad de un hombre político francés de extrema izquierda puso a esta corriente ideológica en el horizonte de las tendencias de moda. Mucho más a la izquierda de esa izquierda socialista de corbatas liberales y sueños igualitarios están los trotskistas franceses de la Liga Comunista Revolucionaria, LCR, liderados por un personaje joven y simpático, cartero de profesión, que restauró la imagen de la izquierda radical sin cambiar de discurso pero haciendo algunas concesiones mediáticas a la legendaria estrechez de los trotskistas. Olivier Besancenot acude sin remordimientos a los programas de televisión adonde abundan los cantantes de moda, las top models, los cómicos y todos los descendientes y ascendientes de la farándula nacional e internacional. El líder trotskista conquistó dos estatutos contradictorios: revolucionario y estrella de los medios. El uso de la frecuencia catódica lo propulsó a niveles inéditos de popularidad que, en menor medida pero de manera consistente, se reflejan en las urnas.

Mientras los socialistas franceses prosiguen con su insoluble mascarada, el líder trotskista se da el lujo de ser hoy, en los sondeos, el opositor más sólido del presidente conservador francés, Nicolas Sarkozy. Hay que reconocer que el Partido Socialista ha contribuido a ese mérito. Por ejemplo, en pleno giro liberal, los socialistas inventaron una nueva definición de su difusa propuesta política. Bertrand Delanoë, el intendente socialista de París y aspirante a la investidura presidencial del PS, confesó que era al mismo tiempo “liberal y socialista”. El intendente de la capital francesa también explicó que milita para que el Partido Socialista sea, “al fin, un partido de managers”. Olivier Besancenot es un fenómeno moderno que se inscribe de manera anacrónica pero eficaz en el telón movedizo de las ideas. Pocos ejemplos hay en Occidente iguales al modelo político francés. En los últimos años, Francia vio cómo intelectuales e izquierdistas revolucionarios de antaño vestían las camisas y las ideas de la derecha. El último año ha sido aun más contundente: dirigentes socialistas de peso histórico pasaron a formar parte del gobierno de derecha de Nicolas Sarkozy. Besancenot permanece fiel a los enunciados trotskistas, a la demolición sistemática de ese gran robo universal que es el liberalismo y a la defensa de una clase obrera que aunque ya no exista en el vocabulario moderno sigue siendo real. Simpático, metódico, suave y sin concesiones ante sus adversarios, Olivier Besancenot acaba de lanzar el NPA, Nuevo Partido Anticapitalista. El líder trotskista se propone mucho más que un partido con identidad de izquierda radical. Según explica con una sonrisa comprensiva de maestro de escuela primaria, se trata de ampliar la actual Liga Comunista Revolucionaria y hacer del NPA “una prolongación de todas las resistencias sociales”. El Nuevo Partido Anticapitalista será creado oficialmente en enero de 2009 pero ya tiene un inédito horizonte de posibilidades confirmadas semana tras semana por las encuestas de opinión y la movilización de los electores. Aunque parezca una boutade, la pregunta que se hacen hoy los analistas consiste en saber si acaso no será la corriente trotskista encarnada por Olivier Besancenot quien represente a la izquierda en las próximas citas electorales de envergadura.

El último sondeo de opinión no sólo lo define como el mejor adversario de Sarkozy sino como un hombre político al que los franceses les gustaría que tuviese “más influencia en la vida política del país”. Los simpatizantes de este personaje poco común se identifican no sólo con su perfil sino también con sus ideas. “Siempre voté por la izquierda pero sabiendo que esa izquierda, que era la única que había, no representaba la verdadera izquierda con la que soñaba. Ahora siento que esa izquierda ideal existe”, dice Jean Pierre Decente, un joven informático del este de París. De hecho, el NPA ocupa el lugar dejado vacante por los socialistas e incluso los comunistas. Mientras el PC corre detrás de su agonía y el PS se desgarra para disimular su tendencia liberal, Olivier Besancenot siembra el fértil terreno abandonado por la izquierda tradicional. Para él, la meta es construir “una izquierda de combate anticapitalista, internacionalista, antirracista, ecologista, feminista, indignada por todas las discriminaciones”. Incluso el PS empieza a reconocer que Olivier Besancenot ha conquistado el lugar que el histórico partido de la rosa dejó vacante. La Fundación Jean Jaures, un cenáculo cercano al PS, dice: “En momentos en que el PS debate sobre su estrategia de alianza y sobre la oportunidad de hacer suyo cierto liberalismo, la corriente política encarnada por Olivier Besancenot podría abrirse nuevas perspectivas”.

Esas perspectivas se miden en las urnas de las encuestas con un abanico que oscila entre 45 y 60 por ciento de opiniones favorables. Los responsables de las encuestadoras reconocen que “algo serio está pasando, no se trata solamente de una burbuja de jabón”. Olivier Besancenot le debe mucho de su popularidad a la mediocridad del discurso político actual, a la aterradora imagen que se desprende de los debates televisivos donde todos dicen casi lo mismo y parecen amigos de infancia, a la no menos escalofriante cobardía de los periodistas del sistema, incapaces de hacer una pregunta peligrosa, de corregir un error o interrumpir ante una mentira. El joven trotskista reparte golpes y denuncias con una tranquilidad de eclesiástico. Sin dudas falta aún que esa popularidad se transforme en peso electoral específico. Pero una parte del camino –milagro– está recorrido. Que un trotskista tenga hoy más credibilidad y suscite más simpatías que los socialistas dice mucho sobre el estado en que se encuentra la izquierda oficial. Y el sueño de Olivier Besancenot es precisamente ese: montar un partido capaz de acaparar todo el amplio sector que está a la izquierda del PS. El trotskismo francés detenta un verdadero peso electoral. Su discurso capta no sólo lo que está a la izquierda del PS sino, también, a todo aquello que ronda en torno de los movimientos sociales. El caso francés no es único. En Alemania, el Die Linke, el partido que surgió en 2007 con la fusión entre la izquierda del SPD y el PDS, ex Partido Comunista de Alemania del Este, es hoy la tercera fuerza política del país con 14 por ciento de intenciones de voto. En Dinamarca, el Partido Socialista Popular (extrema izquierda), SF, le hace sombra al Partido Social Demócrata. Las izquierdas radicales de antaño se afirman allí donde los socialismos históricos invocan el pasado al tiempo que inscriben sus plataformas según los mandatos del presente liberal.



www.elciudadano.cl/2008/07/06/olivier besancenot y el resurgimiento de la izquierda francesa

Salut!